martes, 8 de abril de 2014

María bonita, 100 años después



Varios actos celebran en México el centenario del nacimiento de la actriz más temperamental de su cine, María Félix.

Fotograma de la película 'Doña Bárbara' (1943).
“María Félix nació dos veces: sus padres la engendraron y ella, después, se inventó a sí misma”. En solo una frase, el Premio Nobel mexicano Octavio Paz condensó la esencia de la que probablemente sea la actriz más importante de la historia del cine de su país. María de los Ángeles Félix nació el 8 de abril de hace 100 años y murió exactamente 88 años después. Sus personajes traspasaron las pantallas y ella acabó interpretando uno de ellos, el de una mujer fuerte, independiente, con ideas claras y lejos de la sumisión de los hombres. Este martes arrancan los actos de homenaje a La Doña, muchos de ellos populares porque, a pesar del tiempo, María Félix - María Bonita - sigue siendo de su público. 

Nada tuvo que ver la chica de nació en Álamos, en el Estado fronterizo de Sonora, con la mujer que murió en su casa de la colonia Polanco en la capital de Ciudad de México. A la primera la casaron a la fuerza, fue madre a los 21 años y se separó de su marido, lo que la convirtió en objeto de críticas y chismes. La segunda tuvo múltiples amantes, se casó con figuras como Agustín Lara y Jorge Negrete y hablaba en la vida real como lo hacían los personajes de sus películas. 

Entremedias, el director de cine Fernando Palacios, con quien rodó La china poblana (1943), le había ofrecido trabajar como actriz y ella - segura de sí misma y acompañada de su belleza - había conseguido convertirse en una celebridad. “María Félix es la máxima estrella del cine mexicano, tanto en su etapa de esplendor como después. Ni Dolores del Río consiguió el impacto social y popular que La Doña [apodo que tomó tras protagonizar Doña Bárbara (1943)]”, explica José Antonio Valdés, jefe de información de la Cineteca Nacional de México. 
"María Félix rompió con ese papel de mujer sumisa e impulsó a otras mujeres a hacerlo"
En el moderno edificio de la cineteca capitalina - inaugurado a finales de 2012 - se celebrará el acto más importante de este 8 de abril, cuando se inaugure la Librería María Félix, dependiente del Conaculta, el máximo órgano de la Cultura en México. Un acto simbólico aunque con menos brillo que otros homenajes, como el que se celebró hace apenas una semana en Bellas Artes en memoria de Octavio Paz. Los usuarios del metro de la ciudad podrán ver en la estación de Bellas Artes catorce modelos de una de las mujeres mejor vestidas del mundo, como fue reconocida en 1984 por la Cámara Nacional de la Moda Italiana y la Cámara de la Alta Costura de Francia. 

A lo largo del año se realizará en la Cineteca un ciclo de cine con algunas de sus 47 películas, muchas de ellas rodadas en México pero también en Italia, España y Francia. También se le rendirá un homenaje en la gala de los premios Ariel - los galardones del cine mexicano - que se celebrará a finales de mayo. 

El legado cinematográfico de la actriz es tan importante como la huella que dejó su personalidad. “Deberíamos revalorar a María Félix. No fue solo la evidente gran estrella del cine sino que, además, jugó un importante papel en la industria clásica del cine mexicano, en aquel momento sometida al peso de lo masculino. María Félix rompe con ese papel de mujer sumisa e impulsa a otras mujeres a hacerlo. Lamentablemente, no lo consigue: son los años 40 y la liberación femenina en México llegó mucho más tarde”, explica Valdés.  

Su carácter desacomplejado y directo se ve retratado en los cuatro tomos que componen Todas mis guerras, la biografía hecha con los recuerdos de la actriz publicada en 1993 y supervisada por el historiador Enrique Krauze. En sus páginas se cuentan las apasionadas relaciones de la actriz, que despertaba admiración entre hombres y mujeres. Deslenguada y sin complejos, hay multitud de documentos gráficos en los que María bonita - canción que Agustín Lara le compuso durante su luna de miel en Acapulco - habla sin pudor de su vida de estrella. “La vida es una borrachera, pero no con alcohol”, le decía al mítico presentador mexicano Jacobo Zabludowsky. “Yo envidia no sé lo que es. Tenerle celos a un hombre, nunca me ha pasado. Si un hombre no me quiere, pues que le vaya bien. Yo nunca he llorado por nadie”. 

“Pero ella era una mujer encantadora, amable y atenta. No era altanera ni soberbia y que cuidó a su madre hasta que murió”, explica el reconocido escenógrafo mexicano David Antón. En su opinión, la fama que se creó alrededor de la actriz tiene más de mito que de realidad y muchos se quedaron con aquella imagen que transmitía su personaje de Doña Bárbara. “Yo la conocí a mediados de los 50 porque era buen amigo de su hijo Enrique. Y era bellísima. Mira que la fotografía de la época era buena, pero el cine no pudo retratar lo bonita que era”, recuerda Antón. 
"La vida de María Félix está en venta. Desde su muerte, muchos de los objetos personales de la actriz han sido subastados"
Enrique fue el hijo que tuvo María Félix con su primer marido. A pesar de haber estudiado para diplomático, finalmente siguió los pasos de su madre y se convirtió en actor y murió en 1996 a los 61 años. Fue el único hijo que tuvo la actriz que, como reconoció públicamente, tuvo un aborto cuando estaba casada de su cuarto marido, el francés Alex Berger. “Yo quería darle un hijo a Alex porque nunca me lo pidió”, llegó a decir la intérprete. 

Una parte de los recuerdos de la vida de éxito que emprendió cuando decidió dedicarse al cine se almacena en un salón-museo que también hace las veces de salón de fiestas en el este de la Ciudad de México. Entre el juego de tocador de La Señora - como la llama Alejandro Martínez, uno de los encargados del espacio - y uno de los premios que le otorgaron, se encuentran fotografías, revistas y pinturas que retratan a la actriz, así como objetos de su vida cotidiana. Su club de fans se ha encargado de recopilarlas a través de los años y muchas de ellas las compraron a través de subastas. 

La vida de María Félix está en venta. Al morir - de acuerdo con su testamento - todos sus bienes fueron a parar a su asistente personal, Luis Martínez de Anda, de 28 años. Desde entonces, muchos de los objetos personales de la actriz han sido subastados. Desde el club de fans de la actriz aseguran que Martínez de Anda les ha ofrecido “traspasar” los gastos de mantenimiento de la tumba de la actriz. El mausoleo se encuentra en el panteón francés y, según Alejandro Martínez del club de fans, el heredero de La Doña pide 50.000 pesos (casi 4.000 dólares). Parece que no solo los recuerdos de su vida se pueden comprar y vender, sino que también parte de su muerte.  


Mari Luz Peinado
© El País

La novela francesa que inspiró la serie Game of Thrones



El "Juego de Tronos" (Game of Thrones), es fantasía. La serie de televisión -y los libros en los que está basada- A Song of Ice and Fire ("Canción de hielo y fuego") de George RR Martin, toma lugar en el mítico Westeros.

Foto: BBC Mundo
En el norte, un enorme muro de hielo mantiene afuera a los bárbaros salvajes y a los seudozombis caminantes blancos. Al sur del muro, se lleva a cabo una cruenta guerra entre quienes se pelean el Trono de Hierro y el dominio sobre los siete reinos de Westeros. Entretanto, una princesa (Daenerys), exiliada en una lejana tierra, está criando tres dragones y organizando un ejército de esclavos libres.

Pero Game of Thrones está repleto de intriga política y horripilantes muertes. La guerra y sus consecuencias están descritas en brutal detalle. Los personajes tienen relaciones sexuales y hasta los héroes mueren inesperadamente. Si uno despojara la serie de sus elementos sobrenaturales, lo que queda se parece más a una crónica histórica, que relata conflictos muy humanos.

El "verdadero" juego de tronos

RR Martin dice que su verdadera inspiración
estuvo en la saga de Maurice Druon.
Martin dice que una de sus principales inspiraciones no fue la fantasía, sino una serie de novelas que toma lugar en la Francia medieval, poco conocida o leída. Les Rois Maudits ("Los reyes malditos") es una saga escrita por Maurice Druon, entre los años 50 y 70, que registra la lucha dinástica por el trono francés a comienzos del siglo XIV y que culmina con la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia.

"'Los reyes malditos' lo tiene todo", escribe Martin, en una introducción a la reciente edición en inglés de la saga. "Créanme, los Stark y los Lannister (familias en el "Juego de Tronos") no superan en nada a los Capetos y los Plantagenets (las casas reales en Francia e Inglaterra). Ese es el verdadero juego de tronos".
"'Los reyes malditos' lo tiene todo. Créanme, los Stark y los Lannister (familias en el "Juego de Tronos") no superan en nada a los Capetos y los Plantagenets (las casas reales en Francia e Inglaterra)." 
RR Martin, autor de las novelas de Juego de Tronos
Con solo empezar a leer "Los reyes malditos", los paralelos se vuelven claros. Westeros tiene más en común con la descripción que Druon hace de la Francia medieval que con el Reino Intermedio de JRR Tolkien en "El señor de los anillos". Ambos son mundos feudales, donde el poder está determinado por intriga en tiempos de paz y represalias sangrientas en tiempos de guerra. En la corte francesa ilustrada por Druon, hay ecos de las palabras de uno de los personajes de Martin: "La escalera es la única verdad. El ascenso es lo único que existe".

"Los reyes malditos" empieza en 1314, el último año del reinado de Felipe IV. El rey ha eliminado a la poderosa orden de los caballeros templarios y confiscado sus bienes. Cuando el último de los templarios está siendo quemado en la hoguera -falsamente acusado y condenado como hereje- pronuncia una horrible maldición contra los hombres que lo han conducido a su destino: "¡Malditos, malditos. Hasta la decimotercera generación de su línea será maldita!"

Felipe muere poco después, dejando atrás una familia que se peleará la sucesión. En el "Juego de Tronos" y en "Los reyes malditos" hay elencos muy parecidos -un débil pero sádico príncipe (Luis, en el libro francés, Joffrey en el de Martin), una princesa vengadora (Isabela, Cersei) y, completando el grupo maquiavélico (Roberto de Artois, Meñique). Con ambos autores, el lector navega el complicado argumento desde el punto de vista de personajes menos poderosos, atrapados en la estela de los eventos.

"Ambas son novelas épicas impulsadas por los personajes", dice Marc Denjean, un admirador francés de Druon. "En el 'Juego de Tronos', Martin elabora una gran trama política mientras que Druon toma la suya de la historia pero, en ambas situaciones, uno está viendo la historia a través de los ojos de los débiles".

Paralelos con la historia

Para la veracidad, el "Juego de Tronos" rueda en
lugares como el castillo de Dubrovnik, en Croacia
Al comparar ambas obras queda resaltado cómo los libros de Martin se han convertido -como algunos dicen- "en libros de fantasía para las personas que por lo general no gustan de la fantasía". La técnica de Martin podría describirse como un revoltijo histórico; la guerra entre los Stark y los Lannister se parece a la Guerra de las Rosas, la tribu Dothraki -a la que Daenery se une en matrimonio al comienzo de la secuencia- tiene paralelos con las hordas mogoles de Genghis Khan, mientras que los guerreros del hierro tiene mucho en común con los vikingos. Y el muro de Westeros es alusivo al muro de Adriano en el norte de Gran Bretaña.

Se parece a la historia, pero con el suspenso añadido de no saber quién ganará o perderá. Este elemento en la obra de Martin le ha ganado el elogio de varios historiadores. "Diferentes eventos -y diferentes épocas- se combinan para consistentemente producir potentes y sorpresivos efectos. En el 'Juego de Tonos', episodios de nuestra historia mundial están a la espera de que caigan los personajes como en trampas escondidas", comentó sobre la serie Tom Holland, autor de libros de historia y novelista británico.

Para otros, el "Juego de Tronos" ha sido como una entrada al estudio de la historia. El escritor estadounidense Jamie Adair se inspiró para escribir el blog "La historia detrás del 'Juego de Tronos'". "Para ser sincero sólo esperé un par de entradas", confesó (el blog contiene ahora unas 180 páginas de entradas). "Nunca pensé que las novelas tuvieran más paralelos que los más obvios como con la Guerra de las Rosas".

"Sigo escribiendo el blog porque es un desafío personal para explorar nuevas áreas de la historia y verla desde otras perspectivas. Por ejemplo, antes del blog, nunca hubiera leído sobre la táctica de sitiar en las guerras de la antigüedad, pero termino viendo diferentes patrones en la historia como resultado de esto".

Resurgimiento de Druon

Druon (centro) y el elenco de "Los reyes malditos"
Maurice Druon, que murió en 2009, es apenas conocido en el mundo de habla inglesa pero tuvo una muy buena fama como hombre de letras en su país natal. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió bajo Charles de Gaulle y escribió el himno patriótico "Canción de los partisanos". Después, fue director de la Academia Francesa, la prestigiosa institución que aprueba las palabras que entran en la lengua francesa. Druon era un enemigo acérrimo de la penetración de los anglicismos en el francés, aunque aparentemente aprobó de la entrada de las palabras "tweed" y "birdie" en los diccionarios francófonos.
"'Los reyes malditos' fue escrito para hacer dinero rápido. Él (Druon) no se sentía muy orgulloso de la serie"."
John Lichfield, corresponsal de The Independent, en Francia
Cuando Druon murió, fue en esto último en lo que se concentraron sus obituarios, no en su saga histórica -tal vez siguiendo los deseos del autor. "'Los reyes malditos' fue escrito para hacer dinero rápido", asegura John Lichfield, corresponsal en Francia del diario británico The Independent. "Él no se sentía muy orgulloso de la serie". Lichfield conoció a Druon, a quien describe como "un hombre simpático, generoso y de buen humor", que también era un apasionado anglófilo. "Era alguien con quien uno se topaba mucho en las recepciones de la embajada británica".

Denjean dice que "Los reyes malditos" pasó de ser novela de culto al público en general con una adaptación para televisión en los años 70 -una especie de "Yo, Claudio" en francés. "Era un programa en horario de alta sintonía, en la época en que sólo había dos canales y todos lo veían juntos". Druon también fue uno en una lista de novelistas franceses permitidos por la entonces Unión Soviética. Años después, Vladimir Putin se convirtió en su admirador y se reunió con él varias veces.

En años recientes, la popularidad de los libros de Druon ha decaído, aún en Francia, señala Lichfield. "Me pregunto cuántos aficionados del 'Juego de Tronos' han escuchado de él", dice. Pero es posible que la historia esté completando su ciclo. La versión en inglés de la saga de "Los reyes malditos" está siendo reeditada, completa con la introducción de Martin. Es posible que Druon encuentre toda una nueva audiencia con la recomendación del autor que estuvo influido por sus libros.  


Ben Milne
© BBC Mundo