miércoles, 12 de febrero de 2014

Cortázar: "El mejor escritor para contar el alma" •



El 12 de febrero de 1984 moría en París aquejado de leucemia Julio Cortázar, abanderado entre los autores argentinos contemporáneos y uno de los más innovadores de su época.

Julio Cortázar murió en París el 12 de febrero de 1983.
Algunos lo han calificado de revolucionario intelectual, por su literatura desobediente a toda línea cronológica y de continuos saltos entre realidad y fantasía. Una prosa con la que Cortázar permite ver el mundo a través de un cristal muy particular.

Por todo ello es que en 2014, año en que se celebran también los 100 años de su nacimiento, el autor y maestro del relato corto sigue contando con fieles tanto en viejas como nuevas generaciones.

En BBC Mundo invitamos a todos los lectores a recordar las obras y frases del autor que más les marcaron. Les proponemos navegar entre sus impresiones.


 Rayuela, otra forma de leer 

"No me gusta una frase, solo el hecho de que fue el mejor escritor para contar el alma", le dice a BBC Mundo el lector Jair García.

Y de entre todas las obras de Cortázar, "Rayuela" es la más emblemática en este sentido. Una invitación a recorrer el relato del mismo modo espontáneo en que los niños oscilan entre recuadro y recuadro del conocido juego infantil.

"A mis 20 años, Julio me enseñó a ver la vida desde distintos puntos de vista", dice Aníbal Isidoro, "a comprender que somos un alma que ama más allá de las fronteras. Que la vida es un mar en donde somos náufragos. Hay quienes se aferran a un tronco de conceptos establecidos y hay quienes nadan hacia un horizonte lleno de ideas nuevas".

Alicia Beatriz González Martino cita como favorito el capítulo 99 de Rayuela: "Creer que lo que llaman materia, creer en lo que llaman espíritu, ver el destino humano como un problema económico o como un puro absurdo. La lista es larga, la elección múltiple".

"El problema de la realidad tiene que plantearse en términos colectivos, no en la mesa de algunos elegidos. Hombres que han dado el salto fuera del tiempo".


Sus frases más recordadas 

Sin duda la frase más recordada por nuestros lectores es: "Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos".

Y es que frases de amor y desamor imperan entre las favoritas que nos mandaron.

Irma Espinosa evoca la línea "vení a dormir conmigo: no haremos el amor, el nos hará".

"Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser", cita Romina Rodríguez.

Jose Armando Kiyan recuerda: "Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos".

Paola Medina remata con un "me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma".

 "Mi diagnóstico es sencillo, sé que no tengo remedio" 

Esta es quizás una de las frases más conocidas de Cortázar y que también repiten los lectores, junto con otras reflexiones del autor.

Samuel Avalos nos mandó aquella que dice: "Nada está perdido si se tiene por fin el valor de proclamar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo".

"Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos", nos recuerda Carlos Gabriel Tedeschi.

Denise Lozano resucita la línea: "Y allá en el fondo está la muerte, si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa".

 "Temblaba el troc, sé vencian las marioplumas" 

Además de por su irreverente literatura, Cortázar es recordado por elGíglico, el lenguaje inventado con el que el autor demostró al mundo que con una acertada prosa no hacen falta palabras con sentido.

Muchos de nuestros lectores recuerdan por ello el famoso capítulo 68, donde una escena erótica gana con el uso de palabras comonóvalo, extrayuxtaba o esterfurosa.

 Capítulo 68 

"Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias".

"Le recordamos con mucho cariño", concluye Juan Antonio Aguilera.

"Todo él es increíble", opina Yussif Gaviria, "un cuento en especial 'Después del almuerzo', deja mucho en qué pensar... Me encanta".

Así concluimos este recuerdo conjunto hilado con palabras recordadas por nuestros lectores.

Cortázar, en protesta contra el gobierno argentino, optó por la nacionalidad francesa y murió en el exilio. Hoy sus restos reposan en el cementerio del barrio parisino de Montparnasse junto a los de grandes como Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Charles Baudelaire.

Cumplidos 30 años de su muerte y a pesar de la distancia de su memoria corpórea, muchos lectores lo rememoran cercano como si de un familiar se tratara.

Quizás porque como insinúa Jaír García, fue el mejor escritor para contar el alma y por tanto invitado por todos para quedarse a vivir por siempre en la suya. •

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